La mítica librería que se enfrenta a los algoritmos y la pandemia
Desde 1936, Heywood Hill Books vende libros nuevos y antiguos en una céntrica calle londinense. Nunca competirá con Amazon, pero se ha convertido en un interesante ejemplo por sus estrategias para afrontar estos tiempos de crisis, como la celebrada iniciativa de su “libro mensual sorpresa”.
Elena Irarrázabal Sánchez
La librería fue fundada por George Heywood Hill en 1936. Cuando debió luchar en la Segunda Guerra, le pidió a una entonces joven escritora, Nancy Mitford, que se hiciera cargo de ella. Mientras caían las bombas sobre la ciudad, Mitford permaneció allí recomendando libros, ente 1942 y 1945.
El lugar se convirtió, durante el conflicto, en un refugio intelectual. Según un cronista, allí se reunía “lo que quedaba de la intelectualidad londinense y también la mitad del ejército francés libre”. La escritora mantuvo contentos a los clientes hasta que se marchó a París, gracias al éxito de su divertida novela “The Pursuit of Love” (recién transformada en serie). Escritores como Evelyn Waugh y Ian Fleming fueron clientes habituales y la librería también ha figurado en libros. En un capítulo de su novela “El espía que sabía demasiado”, John le Carré relata que George Smiley “se acercó a Heywood Hill con el corazón alegre”.
Heywood Hill, al igual que la mayoría de las librerías pequeñas e independientes de todo el mundo, ha hecho grandes esfuerzos para enfrentar la competencia de los gigantescos canales
Heywood Hill ofrece hoy un servicio de consultoría para formar “bibliotecas privadas”. Se asesora a particulares, hoteles o restoranes, que deseen tener una selección de libros, ya sea sobre distintos temas o sobre un tópico en particular. Pero sin duda la iniciativa que le ha generado más atención y popularidad es su suscripción anual “A year in books” (un año en libros).
Aunque fue lanzado en 2013, el año pasado el servicio “A year in books” aumentó en un 80 por ciento y pasó de representar el 15 por ciento de sus ingresos al 65 por ciento. Consiste en enviar a las personas suscritas un paquete cada mes, que contiene un libro sorpresa, escogido de acuerdo a los personales gustos del lector que la contrata. No hay una suscripción igual a otra, es un servicio personalizado y que puede recibir comentarios del suscrito.
¿Cómo funciona? Se invita al interesado a participar en una “consulta de lectura” con un integrante del equipo de la librería. Por teléfono, correo electrónico o en persona, se responden preguntas como: ¿Qué tres autores le encantan? ¿Hay algún género literario que deteste? ¿Qué libro ha disfrutado últimamente? “Se trata de ‘leer' al destinatario, averiguar qué géneros le gustan y tratar de calibrar si quiere aprovechar la oportunidad para probar cosas que normalmente no leería”, señaló la jefa de suscripciones, Camille Van de Velde, quien relató que hace poco, “un cliente estadounidense pidió solo obras de ficción relacionadas con la comida”. Hoy la librería posee clientes con suscripciones en 50 países, quienes reciben sus característicos paquetes color crema, amarrados con una cinta morada y con un marcalibros distinto cada mes, diseñado por Cressida Bell.
Las modalidades de suscripción no son baratas, pero se han multiplicado. Hay una variante con seis libros de tapa dura a lo largo del año y otra de 40 libros de bolsillo al año, para lectores muy rápidos. Existen también iniciativas para niños de 6 años y de 12 años y suscripciones a libros sobre temas contingentes o de debate. Y este año se lanzó “A Mitford year in books”, con cinco novelas de Nancy Mitford y obras de narradoras contemporáneas.
Y para premiar a los lectores perseverantes, hace un par de meses Heywood Hill puso en marcha un certamen para sortear la suscripción de un libro sorpresa al mes, por el resto de la vida de quien salga victorioso. Aún no se conoce el nombre del ganador, pero sin duda será alguien que agradecerá esta personal atención a sus gustos de lectura, en un mundo cada vez más dependiente de los algoritmos.